En 1897 el Instituto Geográfico y Estadístico levantó el primer plano topográfico conocido de Torre del Mar. Para esta fecha el castillo había sufrido un cambio total, más que en su estructura en su cometido.
El comercio por mar había desaparecido, la desamortización de Madoz había conseguido que todas las propiedades y almacenes del Ayuntamiento, antes para el comercio y uso militar, fueran vendidas a censo y que la mayoría de los particulares hubiesen cambiado la actividad o los hubiesen transformado en casas particulares.
Solo los almacenes de Escobar permanecieron con su actividad mercantil, después que la Sociedad González Botey y Compañía, constituida en 1884 para una serradora de maderas los compraran a los hermanos José, Francisca, Dolores y Manuela Escobar Fernández el 17 de Marzo de 1885.
Es normal que sea el pueblo quien cree la toponimia de los lugares, bien por el nombre del propietario, bien por algo que exista o abunde en el lugar, o como en el caso de Antonio Murillo Sel, porque fue quien vendió los solares o construyó la mayoría de las casas de una calle, pero curiosamente en Torre del Mar, al margen de que existieran nombres de origen popular, las calles parece que las fue bautizando el cura.
En 1870 fue la Calle de San Andrés, el santo patrón, que durante muchos años se le había denominado Calle del Panteón por desembocar finalmente en un panteón del antiguo cementerio.
Es verdad que aún en nuestros días el pueblo sigue llamándole en su parte más alta la calle Capote, en clara referencia a los vecinos propietarios de aquellas casas en el siglo XIX Salvador y Francisco Capote Santiago; por su parte la calle de Murillo Sel se vio encerrada entre la calle del Panteón y la Calle del Mar, y por lo tanto se pasó a llamarla así, sencillamente la calle de Enmedio.
Por ir paralela a los almacenes y viviendas que Escobar había construido en la plaza, se le nombró la callejuela de Escobar a la que salía desde la plaza con dirección poniente para torcer luego hacia el sur, denominándosele también a esta última Calle de Escobar, más popular luego como la de las Pitas debido a las cercas formadas con ellas que delimitaban la parte occidental de la población.
más tarde, y debido a la construcción de una garita en la parte suroccidental, a la altura mas o menos de número 21 del lugar ocupado ahora por Calle Isidoro Rivas, tanto a la callejuela como a la calle se les llamó Callejuela y Calle de la Garita respectivamente. Desaparecida la garita, otro Santo ocupó su lugar: San Luis. El topónimo de garita sólo quedó para la prolongación de la primitiva callejuela de su nombre.